Todo es desesperación, la tranquilidad no da cabida a nada más que seguir pensando en lo que luciremos este, otro y el próximo día. A donde salgamos, nosotras siempre estaremos pendientes de lo que nos pondremos, ya sea para estudiar, salir con amigos, para una cita a ciegas o simplemente para ir a la esquina de nuestra cuadra. No hay un tiempo stop para nosotras, porque en ese sentido somos las que más nos preocupamos de nuestra apariencia y de mejorarla día a día. ¿Esto resulta estresante? Pues creo que la respuesta lamentablemente da positiva.
![](http://3.bp.blogspot.com/-NhvPSkBjZlw/TWKr_TIX2PI/AAAAAAAAAkk/bD5sTftKXIk/s320/BQcDAAAAAwoDanBnAAAABC5vdXQKFjJrb01LT0FsNEJHRWJFczc2NkdNZGcAAAACaWQKAWUAAAAEc2l6ZQ.jpg)
Así todas tengamos gustos diferentes, todas coincidimos en que algún día nos hemos quejado de tener un ropero en bancarrota. Esto quiere decir que de tanto probarnos trajes y más trajes, finalmente optamos por decir que necesitamos ropa nueva y perfecta para nosotras; pataleamos, hacemos berrinches con nosotras mismas, no hallamos solución en el momento y finalmente recurrimos ayuda con un grito de ¡auxilio!
La vida femenina es complicada, siempre estamos al tanto de agradar con nuestros trajes a todas las personas que veamos durante nuestro día, si no lo conseguimos, quedamos mal con nosotras mismas; y si lo conseguimos, quedamos regias con nosotras y nos dan ganas de seguir innovando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario