Lo vivimos desde la adolescencia hasta después que nos casemos. Es alarmante tener siempre en algún momento un estado de locura de querer hacer lo que se nos venga en gana y dejarlo todo por complacer nuestro deseo mental.
Todos los tenemos y en algunos casos podríamos cometer errores por poseer uno de estos estados de locura y después lamentarnos de por vida.
No digo que está mal ser un poco loca o loco, pero tampoco abusen demasiado, siempre pensemos en lo que podría dañar a los que nos rodean. Usemos bien nuestros estados de locura para conseguir tal vez algún capricho o quizás alguna respuesta que queramos a toda costa. Aprendamos a ser locos cuando se deba y en el mejor momento de nuestras vidas. Por último sepamos controlar nuestra locura enfocándonos en ser locos en alguna categoría sea la música, los deportes, la danza o tal vez la escritura. Siempre tenemos un talento sobresaliente, utilicémonos con locura y sobresalgamos de lo rutinario.
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